Al terminarse el tiempo de Navidad con el
bautismo de Nuestro señor Jesucristo,
la palabra de Dios nos invita a vivir nuestra condición de bautizados.
PRIMERA LECTURA
En esta lectura el Profeta Isaías nos muestra la protección de Dios a su siervo, que obviamente hace referencia a Jesús, nos da a conocer su misión: “traerá justicia a las naciones, libertará a los cautivos”; Jesús en efecto, viene a libertarnos de la cautividad en que nos encerró el pecado, nos ofrece la libertad del amor y la caridad.
Sería bueno preguntarnos hoy ¿Cuáles son mis prisiones cotidianas? ¿Que hago para deshacerme de ellas?
SALMO 28
Nos unimos respondiendo “Te alabamos señor”
SEGUNDA LECTURA
En este relato Pedro, el mayor de los apóstoles, nos recuerda que Dios no hace distinción de personas, la única condición que pone es la fidelidad y la justicia, nos recuerda que en el bautismo Jesús fue ungido por el espíritu Santo y luego vivió haciendo el bien y curando a los oprimidos, recordemos que en nuestro Bautismo ocurre exactamente lo mismo, somos ungidos por el Espíritu Santo, es aconsejable preguntarnos: ¿Soy consciente de lo que implica ser bautizado? ¿Paso mi vida haciendo el bien como me lo enseñó Jesús, o más bien vivo oprimiendo a mis hermanos?
EVANGELIO
El Evangelista Mateo nos narra el episodio del Bautismo de Jesús en el río Jordán por Juan Bautista, Tengamos en cuenta que Jesús no necesitaba ser bautizado, “lo hizo para proclamar con su humildad lo que para nosotros era necesidad” San Agustín. Jesús se somete a la voluntad del Padre uniéndose al pueblo de Dios.
En el texto bíblico encontramos que Juan se resiste a bautizar a Jesús, no porque Él no quiera, sino que Juan reconoce el papel de mediador, dándonos ejemplo de humildad.
Es bueno en el día de hoy hacer claridad y ver la diferencia entre el bautismo de Juan y el bautismo Instituido por Jesús, es claro que Juan hace un bautismo de arrepentimiento y purificación, mientras que el bautismo Instituido por Cristo nos da el Espíritu Santo y nos hace Hijos del Padre y hermanos de Jesucristo, que el texto bíblico deja ver la unidad trinitaria: Donde el Espíritu se posa sobre el Hijo, y el Padre manifiesta el amor por su Hijo:«Éste es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección».
Después de meditar profundamente la palabra de Dios, es bueno que reflexionemos sobre nuestra condición de bautizados:
1. ¿Estoy viviendo como verdadero bautizado en mi Iglesia católica, imitando a Cristo?
2. ¿Soy profeta dentro de mi familia anunciando un Cristo vivo con mi testimonio de vida y mis palabras, denunciando el pecado y la injusticias?
3. ¿Soy consciente que por el Bautismo participo del sacerdocio común de Cristo y que debo ayudar a construir el Reino de los cielos en comunidad?
4. ¿Soy un auténtico misionero en mi familia, en mi trabajo y en la sociedad?
PADRE, CUÉNTEME UN CUENTO
Observa, analiza y reflexiona que tan buen católico eres
PADRE, CUÉNTEME UN CUENTO
Observa, analiza y reflexiona que tan buen católico eres
Recordado Padre Josė gracias por este mensaje despues de leerlo con atención me atrevo a decir "Cada día debemos luchar sin desfallecer por agradar mas a
ResponderEliminarDios que a los hombres, en esto consiste el hermoso sacramento del Bautismo y el reconocimiento de su divina gracia.