VII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

EN EL AMOR SE PLENIFICA LA PERSONA


Nuevamente nos reunimos como comunidad a celebrar el domingo día del señor, día en que Cristo venció la muerte, día del banquete Eucarístico donde nos alimentamos del pan de la Palabra y del pan del Altar, dia por excelencia de todo católico donde se comparte la vida y se vive el mandamiento del AMOR.


PRIMERA LECTURA Levítico (19,1-2.17-18)
El libro del Levítico nos invita y no nos muestra el derrotero para construir nuestra santidad, a la cual estamos llamados todos los bautizados  y nos propone tres medios que debemos llevar a la práctica:
  • No odiar
  • Saber reprender con caridad
  • No tener rencor
Esto se puede llevar a la vida si cumplimos el mandamiento del AMOR; hoy que celebramos el día del Señor es bueno preguntarnos: ¿Estoy viviendo como auténtico católico viviendo el mandamiento del amor? ¿Qué sentimientos se albergan en mi corazón (odios, rencores, sed de venganza, mentira, chisme y calumnia) que no me dejan construir mi vida de santidad? ¿Acepto a mi hermano con sus debilidades y cualidades o quiero que él sea como yo soy?


Hermanos y hermanas ser Santo implica cambiar actitudes negativas que hacen daño y destruyen por actitudes positivas logrando espacios que lleven a vivir en el amor, en el perdón y paz.


SALMO RESPONSORIAL, Sal 102,1-2.3-4.8.10.12-13
Unámonos como familia diciendo: El señor es compasivo y misericordioso


SEGUNDA LECTURA ICorintios 3,16-23
San Pablo nos invita a ser y actuar como templos vivos del Espíritu Santo, y esto lo logramos pidiendo la Sabiduría de Dios y reconociéndonos necesitados de su misericordia, especialmente en este mundo donde el ser humano se cree autosuficiente y construye sus proyectos sin contar con Dios; ahí esta la causa de  sus sufrimientos cuando la persona saca a Dios de sus vidas, porque las cosas no salen como son, su entorno se vuelve un caos. A menudo escuchamos a las personas decir yo quiero tener mi casa, mi carro, mi empresa, mis hijos, mis ahorros, etc. pero nunca cuentan con Dios, quieren construir, hacer, proyectarse solos, esto lo único que deja es desilusión y desesperanza.
Querido católico pregúntate hoy: ¿Todos mis proyectos estas puestos en las manos de Dios?


EVANGELIO MATEO5, 38-48
El Señor Jesus nos propone en el Evangelio otro estilo de vida que esta en contravía del mundo actual, nos propone el mandamiento nuevo: AMAR A DIOS Y AL PRÓJIMO COMO ASÍ MISMO.
Aunque parece que la ley del talión es antigua y que hoy no se cumple, vemos frecuentemente que en nuestros actos se esta llevando a la práctica, en muchos corazones reina la sed de venganza, basta solo con mirar que la vecina asiste a misa pero odia a su vecino y lo destruye con sus comentarios, encontramos en nuestro mundo hombres y mujeres cargados de rencor que inclusive los hijos odian a sus padres y los castigan con la ausencia, los invito que visiten los ancianatos y escuchen las historias de los abuelos que en su mayoria estan abandonados, también encontramos personas que viven en la envidia y descuidan su hogar, su trabajo por querer destruir al hermano que progresa. hoy el Señor Jesus nos invita a dejar la ley del talion, nos dice que debemos reconocerlo en todos los hermanos, que debemos dejar esa mentalidad egoísta y materialista que nos propone el mundo y que benda los ojos llevandonos a las injusticias, los egoísmos, sed del poder y el orgullo.


la palabra de Dios nos invita hoy a trabajar por el Reino de los Cielos, a construir nuestra santidad desde el amor, el perdón, venciendo el mal a fuerza de bien. es bueno preguntarnos hoy: ¿me cuesta perdonar y vivo esclavo del rencor?

Tarea: aceptaré con paciencia y amor los defectos de los demás.

PADRE, CUÉNTEME UN CUENTO

Lee atentamente  y piensa en tu vida ¿con quién necesitarías construir el puente?

Un par de hermanos vivían juntos y en armonía durante muchos años. Ellos tenían granjas separadas pero vecinas. Un día tuvieron un conflicto serio, era el problemas más grave después de 40 años de cultivar hombro a hombro, compartir maquinaria e intercambiar cosechas y bienes en forma continua.
 
Comenzó con un pequeño malentendido y fue creciendo hasta que explotó en un intercambio de palabras amargas, seguido de semanas de silencio.
Una mañana alguien llamó a la puerta del hermano mayor. Al abrir la puerta encontró a un hombre que le dijo:
—Estoy buscando trabajo por algunos días. Quizás usted requiera algunas pequeñas reparaciones aquí en su granja, y yo pueda ser de ayuda en eso.
—Sí— dijo el hermano mayor—tengo un trabajo para usted. Mire al otro lado del arroyo vive mi vecino, bueno, en realidad es mi hermano menor. La semana pasada había una hermosa pradera que nos unía, pero él, desvió el cauce del arroyo para que quedara entre nosotros. Él pudo hacerme esto para enfurecerme—agrego seriamente enojado—pero yo le voy a hacer una mejor.
¿Ve usted aquella pila de maderos junto al granero? —le preguntó al carpintero—quiero que construya una cerca de dos metros de alto, no quiero verlo nunca más.
El carpintero le dijo—Creo que comprendo la situación.
El hermano mayor le ayudó al carpintero a recoger todos los materiales necesarios, y dejó la granja toda la tarde para ir al pueblo por provisiones.
Cerca del ocaso, cuando el granjero regresó, el carpintero había terminado el trabajo. Al mirar el granjero quedó con los ojos completamente abiertos y su quijada cayó del asombro.
No había ninguna cerca. En su lugar, el carpintero había construido un hermoso puente que unía las dos granjas a través del arroyo. Era una fina pieza de arte, con todo y pasamanos.
En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano mayor le dijo:
—Eres un gran tipo, mira que construir este hermoso puente, después de todo lo que te he dicho y hecho.
Estaban en su reconciliación los dos hermanos, cuando vieron que el carpintero recogía sus herramientas.
—No…, espera. Quédate con nosotros un par de días más, tengo varios proyectos para ti—Le dijo el hermano mayor al carpintero.
—Me gustaría —respondió el carpintero—pero tengo muchos puentes más por construir.



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